En recuerdo del Abuelo , cada vez hecho mas de menos sus tertulias o monologos según se mire , lo que pasó en la guerra y lo orgulloso que estaba de sus hijos y nietos , un Gualchero genial.
Se me estremece el cuerpo cada vez que veo una foto de los abuelos, yo recuerdo mucho todas las pitirras de visita a los abuelos y en fin, la abuela preguntándonos por los novios y que no nos recogiéramos mu´tarde.A mi la abuela me demostró muchas cosas como mujer, sabía ocultar sus miedos con mucho arte y ese par de cojones la hacen inolvidable sobre todo porque tenía claro lo que verdaderamente le importaba y porque sabia darle a cada uno su sitio, en un hueco importante de ese gran corazón...y el abuelo ponía esa chispa de humor y serenidad ante el huracán, una mezcla perfecta que han hecho ser lo que hoy todos somos. Mil besos allá donde estéis.
El verano pasado hablaba de esto con Ángel Carlos… creo que con el ha sido el único que lo he comentado. Recuerdo que llegué a Córdoba tarde, venía de Bruselas y en los últimos días no había dormido apenas… Esos días el abuelo estaba en casa de mis padres y yo tenía ganas de verlo, de sentarme y que me contara historias de la época de Miguel Primo de Rivera como había hecho las navidades anteriores. Yo acababa de terminar de leer Orígenes, un libro en el que Amin Malouf, (ya sabéis: León el africano), cuenta la historia de su propia familia. Durante los últimos meses, mientras leía el libro, había rememorado muchas veces la escena de esa conversación que habíamos tenido en la cocina de Castell. Tenía muchas ganas de repetirla, y echaba de menos no poder estar en Córdoba, cuando mi madre me contaba que él se levantaba y se iba a tomar su café y al parque que hay en frente de mi casa. En fin, creía que no había llegado tarde… como en la vida se llega tantas veces tarde a descubrir lo que verdaderamente importa. Esos últimos días se había puesto un poco pachucho, y recién llegamos a casa de la estación, Angi le estuvo preguntando varias cosas y revisando su medicación… de hecho estaba preocupada y quería ver que tal pasaba la noche. Estuvimos cenando y charlamos un poco con él. Luego nos fuimos a la calle. Se nos hizo, como tantas otras veces, demasiado tarde. Y a eso de las siete intentábamos meter la llave en la cerradura a la primera y llegar al dormitorio sin armar demasiado follón… que os voy a contar. La casa estaba en silencio y la puerta de su cuarto entre abierta. Angi lo oyó respirar y no tuvo ninguna duda. Me dijo: Carlos, a tu abuelo hay que llevárselo al hospital. Y así fue, levanté a mi madre, cogí el coche de Angi y allá nos fuimos los cuatro, a la carrera. Lo ingresaron enseguida en urgencias y mi madre y Angi se quedaron dentro con él. No sé cuanto tiempo pasó, varias horas. Yo me quede dormido en el coche hasta que el tío miguelico llegó desde Úbeda y decidió llevarlo a Granada. Lo llevamos hasta el coche y los demás se fueron a terminar de cumplir con la burocracia hospitalaria. Y allí nos quedamos el y yo solos. Respiraba a bocanadas y más por instinto que por ganas. Me miró y me dijo: -Carlicos, despídete de mi, es la última vez que nos vemos… -No digas tonterías abuelo, le repliqué. Se calló como callan aquellos que ya lo han dicho todo. Un día mas tarde estaba en la puerta de embarque de nuevo a Bruselas cuando recibí la llamada de mi madre. Ya veis, tenía razón. Lloré.
Joder Carlillos recuerdo cuando me lo contaste, se me pone el pelo de punta cuando lo recuerdo, tienes la suerte de ser uno de los pocos de los que pudo despedirse, a mi el ultimo recuerdo que me queda de él es una de sus charlas "monólogos" de la guerra, siempre me contaba la misma porque estuvo en Córdoba con no se que Teniente, y siempre me preguntaba de donde era Ana para empezar a contar la misma historia, era genial, nunca estuvo en el pueblo de Ana, pero le encantaba contar aquel viaje de la guerra, aquella tarde en casa de la tía Elvira, en Córdoba me dijo que haber si había suerte y conocía a mi "hijo de mozuelo" y ya veis el pobre no llego ni a conocerlo. Tengo un buen ultimo recuerdo de el.
Carlos gracias por compartir eso con nosotros, realmente estremecedor, se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón de pena, al menos nos queda ese recuerdo de tantas batallas como contó, a mi cuando estudiaba en Almería también me hacia referencia a no se qué general de aquella zona...era único, vivia intensamente cada historia. Aún recuerdo su mirada y como engurruñía la boca cuando pensaba.
El no era nadie sin su Carmela parece como si tuviese prisa en irse con ella al cielo a ver si algún día nos reunimos los primos y contamos anecdotas , me he dado cuenta que era un catedrático de la vida lo que el nos ha enseñado no lo enseñan en ninguna Universidad. Carlillos me ha estremecido tu relato yo estaba en Granada cuando fallecio con el tio Miguel mi Madre y la tia Magda en fin prefiero recordarlo vivo esta foto esta hecha en Castell la hice en Navidad la ultima navidad que pasó en Castell esta hecha en la casa de la tita Magdalena.
El Anton tiene razón podiamos organizar algo, juntarnos los primos y echar el rato, por ejemplo podiamos quedar a cenar en Castell el dia del Carmen y celebramos el santo de la Abuela. ¿quien se apunta?
Angel Carlos me parece buena idea vamos a quedar un dia el del Carmen no seria mal dia aunque cae en miercoles 16 de Julio Vamos a celebrar el santo de la Abuela como sabéis a ella le encantaban los Santos y a cada uno le daba su regalillo por el santo la idea me gusta. Si este día no puede ser por los trabajos o lo que sea podemos buscar otro día. A ella le va a gustar vernos a todos juntos allá donde esté.
Un buen dia pa juntarnos es el 19 de Julio, celebramos el bautizo de Pedro en la escalera... Lo haremos como el de Mateillo. Espero q pa este no falte nadie. PILAR
Iros pidiendo el dia 19 de Julio que se va a celebrar el bautizo de Pedro allí nos vamos a juntar todos los Sabinos se trata de pasar un buen rato juntos y organizar unas tertulias que se pueden ir repitiendo todos los años, tenemos poco contacto los primos y eso creo que no es lo que nos enseñó la Abuela a ella le gustaba juntarnos acordaros de las tardes que hemos pasado en el tranvía se lo pasaba bomba viendonos juntos . Carlos eres un fenómeno escribiendo tengo ganas de darte un abrazo cuidate campeón.
Entre la boda del Agus y el comentario del Carlicos, que panzá llorar... pero bueno siempre que sea recordando cosas bonitas merece la pena.
Yo fui otra de las que pude hablar con él esa noche, digo hablar y no despedirme porque no pensé que se iba a ir 3 horas después, fui al hospital a acompañar a mi madre y la tita María que estaban en la sala de espera esperando a que le dieran noticias del abuelo, recuerdo la situación graciosa porque lo tenían en una sala en un sillón con 4 o 5 pacientes, cuando nos dejarón entrar empezó a decirnos que tenía mucha hambre,que llevaba rato pidiendo un yogurcico o un vaso de leche y no le daban naíca, tenía un enfado por el hambre... digo lo de la situación graciosa porque madre mía como con ese apetito puedes imaginar que se va a ir tan pronto... pero bueno ya sabréis que la abuela tampoco perdió el apetito, dejando un par de huevos fritos la noche anterior, han sido la leche, hasta en el último momento. Un beso para todos.
Los echamos de menos. Mirar al cine y ver las persianas echadas da siempre una nostalgia, mezcla de pena y alegría por el recuerdo de los dos: el tranquilo y apacible,y ella siempre maquinando.Que vitalidad tenían los dos. Hasta siempre abuelos!!!
12 comentarios:
Se me estremece el cuerpo cada vez que veo una foto de los abuelos, yo recuerdo mucho todas las pitirras de visita a los abuelos y en fin, la abuela preguntándonos por los novios y que no nos recogiéramos mu´tarde.A mi la abuela me demostró muchas cosas como mujer, sabía ocultar sus miedos con mucho arte y ese par de cojones la hacen inolvidable sobre todo porque tenía claro lo que verdaderamente le importaba y porque sabia darle a cada uno su sitio, en un hueco importante de ese gran corazón...y el abuelo ponía esa chispa de humor
y serenidad ante el huracán, una mezcla perfecta que han hecho ser lo que hoy todos somos.
Mil besos allá donde estéis.
El verano pasado hablaba de esto con Ángel Carlos… creo que con el ha sido el único que lo he comentado.
Recuerdo que llegué a Córdoba tarde, venía de Bruselas y en los últimos días no había dormido apenas…
Esos días el abuelo estaba en casa de mis padres y yo tenía ganas de verlo, de sentarme y que me contara historias de la época de Miguel Primo de Rivera como había hecho las navidades anteriores. Yo acababa de terminar de leer Orígenes, un libro en el que Amin Malouf, (ya sabéis: León el africano), cuenta la historia de su propia familia. Durante los últimos meses, mientras leía el libro, había rememorado muchas veces la escena de esa conversación que habíamos tenido en la cocina de Castell. Tenía muchas ganas de repetirla, y echaba de menos no poder estar en Córdoba, cuando mi madre me contaba que él se levantaba y se iba a tomar su café y al parque que hay en frente de mi casa.
En fin, creía que no había llegado tarde… como en la vida se llega tantas veces tarde a descubrir lo que verdaderamente importa.
Esos últimos días se había puesto un poco pachucho, y recién llegamos a casa de la estación, Angi le estuvo preguntando varias cosas y revisando su medicación… de hecho estaba preocupada y quería ver que tal pasaba la noche.
Estuvimos cenando y charlamos un poco con él. Luego nos fuimos a la calle.
Se nos hizo, como tantas otras veces, demasiado tarde. Y a eso de las siete intentábamos meter la llave en la cerradura a la primera y llegar al dormitorio sin armar demasiado follón… que os voy a contar.
La casa estaba en silencio y la puerta de su cuarto entre abierta. Angi lo oyó respirar y no tuvo ninguna duda. Me dijo: Carlos, a tu abuelo hay que llevárselo al hospital.
Y así fue, levanté a mi madre, cogí el coche de Angi y allá nos fuimos los cuatro, a la carrera.
Lo ingresaron enseguida en urgencias y mi madre y Angi se quedaron dentro con él. No sé cuanto tiempo pasó, varias horas. Yo me quede dormido en el coche hasta que el tío miguelico llegó desde Úbeda y decidió llevarlo a Granada.
Lo llevamos hasta el coche y los demás se fueron a terminar de cumplir con la burocracia hospitalaria. Y allí nos quedamos el y yo solos. Respiraba a bocanadas y más por instinto que por ganas. Me miró y me dijo:
-Carlicos, despídete de mi, es la última vez que nos vemos…
-No digas tonterías abuelo, le repliqué.
Se calló como callan aquellos que ya lo han dicho todo.
Un día mas tarde estaba en la puerta de embarque de nuevo a Bruselas cuando recibí la llamada de mi madre.
Ya veis, tenía razón.
Lloré.
Joder Carlillos recuerdo cuando me lo contaste, se me pone el pelo de punta cuando lo recuerdo, tienes la suerte de ser uno de los pocos de los que pudo despedirse, a mi el ultimo recuerdo que me queda de él es una de sus charlas "monólogos" de la guerra, siempre me contaba la misma porque estuvo en Córdoba con no se que Teniente, y siempre me preguntaba de donde era Ana para empezar a contar la misma historia, era genial, nunca estuvo en el pueblo de Ana, pero le encantaba contar aquel viaje de la guerra, aquella tarde en casa de la tía Elvira, en Córdoba me dijo que haber si había suerte y conocía a mi "hijo de mozuelo" y ya veis el pobre no llego ni a conocerlo. Tengo un buen ultimo recuerdo de el.
Carlos gracias por compartir eso con nosotros, realmente estremecedor, se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón de pena, al menos nos queda ese recuerdo de tantas batallas como contó, a mi cuando estudiaba en Almería también me hacia referencia a no se qué general de aquella zona...era único, vivia intensamente cada historia. Aún recuerdo su mirada y como engurruñía la boca cuando pensaba.
El no era nadie sin su Carmela parece como si tuviese prisa en irse con ella al cielo a ver si algún día nos reunimos los primos y contamos anecdotas , me he dado cuenta que era un catedrático de la vida lo que el nos ha enseñado no lo enseñan en ninguna Universidad.
Carlillos me ha estremecido tu relato yo estaba en Granada cuando fallecio con el tio Miguel mi Madre y la tia Magda en fin prefiero recordarlo vivo esta foto esta hecha en Castell la hice en Navidad la ultima navidad que pasó en Castell esta hecha en la casa de la tita Magdalena.
El Anton tiene razón podiamos organizar algo, juntarnos los primos y echar el rato, por ejemplo podiamos quedar a cenar en Castell el dia del Carmen y celebramos el santo de la Abuela. ¿quien se apunta?
Angel Carlos me parece buena idea vamos a quedar un dia el del Carmen no seria mal dia aunque cae en miercoles 16 de Julio Vamos a celebrar el santo de la Abuela como sabéis a ella le encantaban los Santos y a cada uno le daba su regalillo por el santo la idea me gusta.
Si este día no puede ser por los trabajos o lo que sea podemos buscar otro día.
A ella le va a gustar vernos a todos juntos allá donde esté.
Un buen dia pa juntarnos es el 19 de Julio, celebramos el bautizo de Pedro en la escalera... Lo haremos como el de Mateillo. Espero q pa este no falte nadie.
PILAR
Iros pidiendo el dia 19 de Julio que se va a celebrar el bautizo de Pedro allí nos vamos a juntar todos los Sabinos se trata de pasar un buen rato juntos y organizar unas tertulias que se pueden ir repitiendo todos los años, tenemos poco contacto los primos y eso creo que no es lo que nos enseñó la Abuela a ella le gustaba juntarnos acordaros de las tardes que hemos pasado en el tranvía se lo pasaba bomba viendonos juntos .
Carlos eres un fenómeno escribiendo tengo ganas de darte un abrazo cuidate campeón.
Entre la boda del Agus y el comentario del Carlicos, que panzá llorar... pero bueno siempre que sea recordando cosas bonitas merece la pena.
Yo fui otra de las que pude hablar con él esa noche, digo hablar y no despedirme porque no pensé que se iba a ir 3 horas después, fui al hospital a acompañar a mi madre y la tita María que estaban en la sala de espera esperando a que le dieran noticias del abuelo, recuerdo la situación graciosa porque lo tenían en una sala en un sillón con 4 o 5 pacientes, cuando nos dejarón entrar empezó a decirnos que tenía mucha hambre,que llevaba rato pidiendo un yogurcico o un vaso de leche y no le daban naíca, tenía un enfado por el hambre... digo lo de la situación graciosa porque madre mía como con ese apetito puedes imaginar que se va a ir tan pronto... pero bueno ya sabréis que la abuela tampoco perdió el apetito, dejando un par de huevos fritos la noche anterior, han sido la leche, hasta en el último momento. Un beso para todos.
Ah!! y lo de juntarnos más los primos tiene el Antoñín razón, ya lo hablaremos en el bautizo del Pedrito.
Los echamos de menos. Mirar al cine y ver las persianas echadas da siempre una nostalgia, mezcla de pena y alegría por el recuerdo de los dos: el tranquilo y apacible,y ella siempre maquinando.Que vitalidad tenían los dos.
Hasta siempre abuelos!!!
Andriu
Publicar un comentario